14 lecciones que podemos aprender de los más pequeños
- noviembre 17, 2020
Inocencia, ilusión, curiosidad… ¿Qué palabra te viene a la cabeza al pensar en los niños? Los más pequeños ven el mundo como un lugar para explorar en el que está todo por descubrir y donde cada día pueden aprender cosas nuevas. Pero dejando de lado todo lo que los adultos pueden enseñarles durante su crecimiento, hay muchas cosas que podemos aprender de ellos. ¿Quieres conocer algunas lecciones de vida que nos pueden enseñar los más pequeños? Estas son solo algunas de ellas.
Lo que podemos aprender de los niños
La inocencia de los más pequeños saca lo mejor de nosotros mismos y nos hace compartir con ellos momentos entrañables y divertidos. Los niños son muy curiosos, están abiertos a aprender cosas nuevas, quieren ser autosuficientes y no les da vergüenza decir lo que piensan. Estas son solo algunas de las cosas que podemos aprender de ellos:
- No tengas miedo. ¿Qué adulto no ha visto a un niño subir a un árbol con el corazón encogido? Aunque tú lo veas como algo peligroso o difícil de realizar, los niños no lo afrontan con miedo. Además, si se caen, se vuelven a levantar y lo prueban de nuevo, aunque la próxima vez son más precavidos. ¿Qué podemos aprender de ello? El miedo no debe limitarnos: no hay nada imposible y si nos equivocamos, ¡no perdemos nada por intentarlo de nuevo!
- No dejes de aprender y potencia tus capacidades. ¿Cuántas veces has visto a un niño intentando comer él solo? Su afán por ser adulto le hace intentar hacer las cosas sin ayuda, lo que potencia sus capacidades. Aunque se manchen, se caigan o pierdan alguno de sus juguetes en el intento, su persuasión por conseguirlo no les detiene, así que no dudes en seguir aprendiendo y potencia tus habilidades.
- Disfruta de tu trabajo como si fuera un juego. Los más pequeños siempre piensan en jugar, por lo que solo realizan aquellas tareas que les llaman la atención o que les resultan interesantes. ¿Cómo aplicarlo en tu día a día? Intenta que cada día sea distinto y ponte un reto para pasarlo bien trabajando.
- Sueña a lo grande. ¿Qué querías ser de pequeño? ¿Astronauta, futbolista de primera división, médico, abogado…? Los niños no ven nada inalcanzable y eso es algo que los adultos deberíamos aprender. El secreto del éxito es el trabajo y la constancia, así que ¡no hay nada imposible!
- Desarrolla tu creatividad. Su imaginación no tiene límites: nuevos juegos y nuevas versiones de cuentos son algunas muestras de ello. ¿Por qué no dejar volar la tuya y ser más creativo?
- Cuestiona todo lo que te rodea. ¿A quién no le ha sometido un niño a una batería de preguntas interminables? ¡La curiosidad de los más pequeños no tiene límites! Se cuestionan todo aquello que les explicamos y hacen preguntas hasta satisfacer su curiosidad.
- Amplía tu red de contactos. ¿Eres de aquellos a los que les gusta hacer networking? Los niños son el mejor ejemplo para ello: tienen una gran capacidad para hacer amigos en tan solo unos minutos.
- Libérate de los prejuicios. A la hora de hacer amigos y encontrar nuevos compañeros de juego, los más pequeños no tienen en cuenta cómo van vestidos o cuál es su color de piel y es que eso no es algo fundamental en las personas. Así que ¡olvida tus prejuicios!
- Pide ayuda siempre que lo necesites. Los niños piden ayuda de forma natural y sin vergüenza. ¿Eres capaz de hacer lo mismo? Pedir ayuda es signo de un buen liderazgo, ya que fomenta el trabajo en equipo y la confianza.
- Sé honesto y exprésate con sinceridad. Los más pequeños siempre dicen la verdad y expresan exactamente lo que piensan. ¿Por qué no sumarte a ello? Ser honesto contigo mismo y con los demás solo tendrá ventajas y te ayudará a identificar lo que realmente importa.
- Disfruta de los pequeños detalles. ¿Quién no ha recolectado conchas en la playa, saltado sobre los charcos, disfrutado empapándose de la lluvia o mirado al cielo buscando nuevas estrellas? Los más pequeños aprecian todo lo que les rodea y viven las pequeñas cosas como algo especial.
- Expresa tus emociones. Los niños expresan su estado de ánimo sin vergüenza. Sabemos fácilmente si se sienten tristes o si están contentos porque son tan transparentes como el agua. ¿Cómo aplicarlo en la vida adulta? Expresa tus emociones. Los demás te conocerán mejor y reforzarás la confianza.
- Disfruta del momento y no te preocupes por lo que puede suceder. Los niños viven el presente y no prestan atención a lo que puede suceder mañana. ¿Por qué preocuparte de algo que aún no ha sucedido? No pierdas el tiempo en suposiciones y céntrate en el presente.
¡Tan pequeños y todo lo que podemos aprender de ellos! Estas son solo algunas de las lecciones de los niños, pero seguro que ahora mismo te vienen a la cabeza otros aprendizajes. ¿Te animas a compartir alguno de ellos en este post? Deja tu comentario.
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