¿Existe un decálogo para ser un buen líder? No hay liderazgos mejores que otros sino el más adecuado para cada proyecto o equipo. Todos dependen de las cualidades y habilidades del líder, que sepa coordinar y motivar y evite crear situaciones estresantes. ¿Es posible reinventarse como líder para ello?

Un proyecto o grupo de personas bien lideradas tienen el camino más fácil para alcanzar sus objetivos, y además pueden disfrutar de ello. Que el liderazgo sea saludable depende de las habilidades del líder y de que se aplique un estilo adecuado al trabajo o equipo de personas que se va a dirigir. Esta elección es la clave, ¿por qué?

El estilo organizacional de la empresa, la formación de los trabajadores y su relación con la empresa y los productos o servicios que se crean van a requerir una u otra forma de ser dirigidos, o incluso, compaginar formas diversas en equipos diferentes. De cómo lo hagan los líderes va a depender el buen logro de los objetivos y un buen nivel de productividad para la empresa o altos niveles de estrés, absentismo laboral y nula capacidad de innovación. El liderazgo adaptativo es más importante que nunca para competir.

La empresa ha de tener muy claro que un mismo grupo, liderado de forma diferente, cambia sus dinámicas de trabajo y su nivel de compromiso. ¿Qué es mejor: cambiar constantemente de empleados o enseñar a los directivos a detectar y adaptarse a las características de su equipo?

Estilos de liderazgo

Liderazgo delegativo

Cuando el equipo tiene ya mucha experiencia, es altamente experto o está muy motivado con lo que hace, las tareas de control y supervisión no se hacen tan necesarias. En estos casos se puede aplicar un estilo de liderazgo delegativo, en el que se confía en el proceso de trabajo y se interviene cuando se necesita o para proveer de recursos. ¿En qué casos es adecuado? Se podría utilizar con personas muy autónomas y colaboradores externos, que prefieren trabajar a su aire y con los que solo se interviene al presentar resultados. Hay que tener cuidado, sin embargo, de no querer aplicarlo para tener un buen ambiente de trabajo, al precio de que baje la productividad o la calidad de lo realizado. La supervisión siempre es necesaria, pero mostrando siempre confianza en el trabajo del equipo.

Liderazgo autocrático

Cuando el estilo de trabajo de los empleados es más pasivo, necesitan instrucciones y ayuda para resolver problemas o prefieren ser dirigidos, el liderazgo puede ser más autocrático. Este tipo de líder marca las directrices que deben ser obedecidas, vigila la dedicación al trabajo y está preparado para tomar decisiones rápidas. Con este estilo de liderazgo se consigue efectividad, pero ningún compromiso afectivo con la empresa.

Liderazgo participativo

Precisamente el compromiso es algo que sí que consigue un líder participativo que cuenta con el equipo a la hora de tomar decisiones. Bajo este formato, se debaten los temas y se escuchan todos los puntos de vista. El líder debe saber llevar estas reuniones con mano izquierda y buenas formas, y tomar las decisiones finales.

Liderazgo transaccional

Es el más común en equipos comerciales se centra en las recompensas que se van a otorgar por cumplir objetivos. La habilidad principal de este liderazgo es la de dar instrucciones y valores de medición claros.

Liderazgo transformacional

Cuando hay que adaptarse a nuevos retos, sin embargo, es necesario aplicar otro tipo de liderazgo más transformacional, que incentive a estos trabajadores a canalizar su gran experiencia hacia nuevas ideas. ¿Y cómo se consigue? Pues creando reuniones abiertas a compartir casos, observaciones, incentivando la observación, dejando fluir las ideas… enfocándose al cambio.

Liderazgo personalizado

También puede darse un tipo de liderazgo más personalizado, orientado a llevar a su potencial a cada uno de los trabajadores y a agruparlos en función de su complementariedad.

Sea el que sea el que se aplica, todo líder debería ser, además, carismático. Es decir, dotado de un aura personal que atrae simpatías, genera ilusión y ganas de implicarse en lo que se hace, facilitando el compromiso. Y esto puede conseguirse con una buena preparación. ¿Y tú, qué tipo de líder eres?

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