Cómo gestionar el tiempo de forma eficiente
- diciembre 17, 2019
Sacar el máximo rendimiento a un minuto requiere de hábitos y de tener muy claro qué aporta realmente valor. Existen muchas recomendaciones de cómo gestionar el tiempo, pero de nada sirven sin una premisa básica: hacerse consciente de en qué se invierte cada uno de los días. ¿Te atreves a ponerlo en práctica?
¿Quién no ha dicho alguna vez “no tengo tiempo para esto”? Esta muletilla es algo que no expresamos bien. Si de verdad nos interesa, hemos de tener tiempo para ello. En caso contrario, nuestra afirmación debería ser más bien “no quiero ocupar mi tiempo en esto, hay cosas más relevantes”.
Negarse nuevas experiencias por falta de tiempo es, como tan bien explica Andy Stalman, perder la oportunidad de evolucionar, experimentar, abrirse a otras cosas y aprender. Hay dos grandes fórmulas para ocupar el tiempo limitado del que disponemos en aquello que realmente nos importa: ser conscientes de nuestras elecciones y aprender a gestionarlo.
Cómo repensar el tiempo
El tiempo puede reinventarse. ¿Podrías decir en qué lo has invertido hoy? ¿En qué momentos has sido consciente de lo que estabas haciendo? ¿Lo has disfrutado? Aunque la vida personal y laboral de cada uno marca profundamente el día a día, este es realmente producto de nuestras decisiones. Dónde desayunamos y a qué hora (y con qué calidad), cómo llegamos al trabajo, qué momento y cómo lo dedicamos al ocio y a la familia, cuánto descansamos… Todo es absolutamente reimaginable.
Podemos cambiar el momento en que solemos hacer algo, prescindir de ello o sustituirlo por otra cosa. Es posible darle más o menos tiempo. En función de lo que realmente deseemos hoy: más tiempo libre, formarse, hacer deporte…
También podemos revisar nuestros valores. Los “agentes ocultos” que nos imponen no pocos actos cotidianos: dejarlo todo perfecto al salir de casa, hacer todos los favores que nos piden, ser el mejor en algo… Es una buenísima recomendación revisar mediante la ayuda de un terapeuta o la meditación, nuestros mandatos internos. A lo mejor descubres que no hay nada en tu vida que te apetece realmente hacer…
O nuestras agendas, bandejas de entrada de e-mails… ¿Cuánto tiempo hace que no te das de baja de aquello que ya no te aporta nada?
Invertir el tiempo siendo productivo
Pero, ¿cuál es la solución para ser realmente productivo? La falta de productividad es otro de los grandes enemigos del tiempo bien invertido. Trabajar sin concentración, tratar de hacer varias cosas a la vez, distraerse continuamente, correr para acabar una tarea… todo esto nos dificulta sentirnos plenos por lo que hacemos y nos agota. Probablemente necesitemos “robar” tiempo de otra cosa para mejorar lo realizado o acabarlo, creando un círculo vicioso y generando en consecuencia ansiedad y estrés.
¿Sueles hacer una planificación de la jornada? Para ello es realmente importante “medir nuestras fuerzas”. Determinar de antemano hasta dónde vamos a llegar en un trabajo, qué vamos a derivar… Cualquier tarea puede ser infinita, especialmente para los perfeccionistas, y hay que saber poner límites para defender el propio tiempo. Hasta los creativos, quienes tienen un manejo del tiempo más difícil, saben asignar fases para su proceso creativo, dejando que madure una idea mientras realizan otras actividades.
Asignar un tiempo para cada tarea es fundamental: uno para las urgencias y otro para cada proceso que hay que realizar, con sus descansos. Detallar las horas ayuda a ceñirse a lo acordado con uno mismo. ¿Y si no cuadra nunca? Entonces es el momento de preguntarse el por qué y analizar las razones.
Y aunque parezca una incongruencia, hemos de gestionar nuestro tiempo especialmente para ser capaces de… perderlo. ¡Es tan importante! Necesitamos espacio para la curiosidad, para conectar con las personas y hacer algo realmente placentero. La diversión, lo inesperado y el caos son tan importantes como el orden y las rutinas.
La meditación puede ser una estrategia para calmar la mente, aprender a ser uno mismo y evitar que sea nuestro día a día el que toma decisiones sobre nuestra vida.
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