Divertirse en el trabajo
- abril 18, 2019
Divertirse en el trabajo es lo mejor que le puede pasar a cualquier profesional. Y por divertirse no se entiende solo organizar actividades dinamizadoras, sino que haya un buen ambiente entre compañeros y que el trabajo en sí sea excitante. Las empresas deberían inspirarse en los buenos espacios de coworking para crear ambientes felices y productivos de trabajo.
Toda empresa puede favorecer un ambiente distendido de trabajo. Sea con iniciativas propias o creando un estilo “tipo Google”, en que se ofrecen espacios y tiempo de relax, juego y relaciones informales entre los trabajadores. En este modelo, son ellos mismos los que se encargan de crear un buen ambiente para romper el hielo y conocerse mejor.
La organización puede fomentarlo mediante iniciativas sociales como comidas o cenas, competiciones, formaciones dinámicas o ideas frescas… Todo aquello que distraiga de vez en cuando del puro trabajo y que favorezca la interacción entre empleados.
Un ejemplo de diversión en el trabajo es el del equipo de Eurofirms, que este año celebró el carnaval mostrando su mejor versión. Las distintas oficinas y departamentos de los servicios centrales se disfrazaron para grabarse cantando y bailando una canción, lo que sirvió para vivir momentos especiales entre los equipos y con compañeros de otras áreas. Puedes ver aquí el vídeo-resumen de esta acción.
Este tipo de acciones, que generan motivación, ha ganado tanta fuerza que incluso ya existe el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo (Fun at Work Day), desde 1996 en EE.UU. Este día reivindica el humor como agente de grandes beneficios humanos y profesionales.
Trabajar a gusto es contagioso
Lo más importante es disfrutar con el propio trabajo y contar con profesionales motivados en la empresa, que aman lo que hacen o que tienen una actitud positiva hacia sus tareas, aunque no sean apasionantes. Esta actitud es contagiosa y contribuye a crear un ambiente laboral estimulante y productivo.
Una plantilla contenta repercute también en el cliente, al que se trata mejor. Como consumidor, se capta en seguida si hay o no buen rollo entre los profesionales de un establecimiento, lo que hace sentirse a gusto.
Y en la imagen de marca. Un buen ambiente genera multitud de historias y ganas de compartir lo bueno que es trabajar allí y la voluntad de quedarse en la empresa.
Invertir en la felicidad de los empleados es la mejor forma de potenciar la productividad y creatividad en la empresa. Cuesta muy poco y es un placer hacerlo.
El Community builder
Los espacios compartidos de trabajo (coworking) tienen tan claro que la conexión y diversión son la clave de un espacio de trabajo, que (los buenos) disponen de un profesional exclusivo para ello: el Community builder coworking. Su misión es la de crear y fortalecer una comunidad entre los coworkers.
Este profesional se encarga del protocolo de bienvenida, actúa de conector y ayuda a relacionar e involucrar a coworkers afines, incentiva la participación colectiva en la evolución del espacio, organiza actividades -algunas patrocinadas-, lleva las relaciones sociales del espacio hacia el interior y el exterior, gestiona problemas…
Algunas empresas ya empiezan a dinamizar el espacio de trabajo con ideas como:
- Un día divertido a la semana, con iniciativas de juego o sorprendentes todo el día.
- Un almuerzo o comida compartido o patrocinado semanal.
- Competiciones por éxitos originales como “el que se vaya antes a casa” o cuente la historia más divertida.
- Una pizarra de ocurrencias.
- La clásica Happy hour en la oficina…
Todas estas iniciativas sirven para que los empleados se conozcan mejor y para crear un buen ambiente entre distintos departamentos, lo que sin duda ayuda a mejorar la productividad en el trabajo.
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