FOBO, el miedo a mejores opciones
- octubre 31, 2019
¿Estás satisfecho con tu situación profesional actual? La difícil línea entre valorar lo que uno tiene y aspirar a más, especialmente en el trabajo, tiene un nuevo enemigo: el FOBO o duda continua ante lo que es mejor. Vivir en un siglo tan rico en oportunidades y exigencias puede llevarnos a un estado de ansiedad continua que hay que hacer frente con una clásica receta: conocerse a uno mismo. ¿Has entrado ya en estado FOBO?
¿Has sentido alguna vez pavor a perderte alguna novedad, a no estar al día de lo último en redes sociales, la mejor oferta o una gran oportunidad? Según el blog de IESE, en 2004 nació el término FOMO para denominar este miedo pavor tan del siglo XXI. En ese momento también nació su opuesto, el FOBO, la paralización ante la mejor opción en un mar de oportunidades o la duda continua sobre qué es mejor para uno mismo: ¿y si hay algo todavía mejor?
No estamos preparados para un mundo de tan rápidos cambios, hiperocupado e hiperconectado. El miedo a perderse el momento adecuado nos mantiene enganchados a múltiples fuentes de información, sectores, conversaciones, que pueden dispersarnos si no concretamos nuestros objetivos.
¿Cómo afecta este miedo a las empresas? Las compañías tienen el riesgo de perderse en la gran cantidad de datos y a menudo se plantean sustituir productos o servicios por otros demasiado pronto y abrir a nuevos mercados o audiencias simultáneas. También pueden analizar en exceso las opciones en un proceso sin fin por encontrar la mejor opción. Es decir, caer en el FOBO.
¿La solución? Sumergirse en la vertiginosa vorágine de información, poniendo límites de tiempo, dinero, recursos y aspiraciones. Como cuando se emprende la búsqueda del último gadget tecnológico al mejor precio. ¿Cuántas noches puede uno pasarse sin dormir? ¿Con cuánto orgullo se dice después el precio al que se ha comprado? Si se consigue, porque a lo mejor uno se pierde a medio camino y se decide, cansado, que no valía tanto la pena.
O se deja arrastrar por “otros productos sugeridos” y se acaba comprando lo menos pensado. Lo que lleva a la segunda de las recomendaciones para evadir el FOBO: minimizar las distracciones. Hay que ser muy conscientes de la adicción que crea Internet. Discernir lo que es bueno para uno sigue siendo una tarea que exige toda nuestra atención.
En resumen:
- Cuanto más definido el trabajo o proyecto al que se aspira, menor es el riesgo de caer en el FOBO.
- Es bueno valorar si en el puesto de trabajo en el que se está, se puede mejorar. Aprender a agradecer lo que se tiene es también una buena forma de dar valor al presente.
- Hay que preparar bien los siguientes pasos, quizás no están en un nuevo trabajo sino en la formación, la asociación, incluso en desarrollar un hobby. Asegurarse de estar bien equipado para un siguiente paso es muy relevante.
¿Conformarse o luchar?
El FOBO ataca donde más duele: nos confronta con nuestra mediocridad en una de nuestras áreas vitales. Especialmente en una época en que se ven a diario en las redes sociales las excelencias de los demás.
Según una encuesta de Linkedin, el FOBO está bastante extendido entre los trabajadores, que lamentan especialmente no estar luchando por conseguir el trabajo de sus sueños. Tanto los que llevan muchos años en la misma empresa, como los que están valorando un puesto de trabajo o negociando su salario. Pasa a ser un grave problema cuando conlleva ansiedad.
Con la edad, además, la necesidad de implicarse en un trabajo en el que dar lo mejor de sí puede desencadenar este miedo moderno. Valorar si dejar una empresa en la que se está a gusto por cumplir las expectativas vitales viendo ofertas atractivas puede convertirse en una pesadilla. Es un buen momento para decidirse por un cambio de rumbo, bien organizado y preparado. Sin miedos. ¿Te atreves?
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