Prepararse para la diversidad
- octubre 10, 2019
Imagina una mesa de reuniones con varias personas. La mitad de ellas son hombres y el resto mujeres. Todos de diferente edad y procedencia y con capacidades muy distintas. ¿Qué ideas surgirán de esta reunión? ¿Estás preparad@ para afrontar el valor competitivo que aporta la diversidad? La creatividad y la innovación se generan cuando aparecen distintas opiniones y puntos de vista, por lo que contar con plantillas diversas es una ventaja muy competitiva.
Según el estudio Gestión Global de la Diversidad de la Fundación Diversidad, la mitad de las empresas españolas incluye entre sus prioridades la gestión de la diversidad. ¿Por qué? Porque está más que demostrado que el funcionamiento grupal homogéneo aleja la creatividad.
Según la Unesco, la diversidad cultural es para el género humano tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En muchos países está considerada parte del patrimonio común de la humanidad. Sin embargo, hay que entender bien este concepto…
Plantéate por un momento: ¿hay diversidad en tu empresa? ¿qué trato real le está dando? Apostar por la diversidad cultural implica un cambio radical de perspectiva. ¿Y qué significa esto?
- Luchar contra los prejuicios individuales que impiden a las personas acercarse verdaderamente a lo diferente.
- Diseñar un proyecto social para que la organización siente las bases de la igualdad cultural.
- Crear canales para favorecer la comunicación y el diálogo intercultural.
- Contemplar necesidades cotidianas como lavabos accesibles, menús diversos, horarios flexibles, espacios polivalentes, etc.
El miedo a la diversidad
Para Aline Masuda, profesora e investigadora de EEADA Business School, el mayor escollo de una empresa para enfrentarse al futuro es el pensamiento grupal. Los equipos homogéneos liderados por un líder inseguro aprenden rápidamente a “complacer al jefe” y a adaptarse al grupo para encajar. Crean un círculo cerrado en el que asfixian cualquier intento de debate o innovación. ¿Te reconoces en esta modalidad?
¿Cuál es la mejor manera de gestionar la diversidad, entonces? La diversidad implica cambios emocionales y de creencias que hay que trabajar. Exige desarrollar la inteligencia cultural o capacidad individual de adaptarse a culturas diversas y aprender de las diferencias en los equipos de trabajo. Las empresas tienen ante sí el mismo desafío que la sociedad: transformarse en interculturales.
Pero ¿qué supone abrirse a la diversidad en la empresa? Significa abrirse a la información, a nuevas competencias y al debate constructivo. Es aceptar que la sociedad y el liderazgo son realidades dinámicas en continua transformación.
Es abrir las puertas a la diferencia de género y de edad, de religión, tendencia sexual, origen étnico, capacidad intelectual… tanto individual como corporativamente. Hay que estar dispuestos a despertar la curiosidad por sus puntos de vista y sus experiencias, a escuchar, valorar e integrar sus aportaciones.
De la empresa a la sociedad
Según el estudio Gestión Global de la Diversidad de la Fundación Diversidad “si tu compañía está entre el 25% de las empresas con mayor ratio de diversidad racial y étnica, tendrá un 35% más de posibilidades de obtener resultados financieros por encima de la media. Asimismo, si tu compañía está entre el 25% de las empresas con mayor diversidad de género entre sus empleados, tendrá un 15% más de posibilidades de mejorar los resultados económicos medios de su sector”.
La diversidad en el trabajo mejora la eficiencia de la empresa y le permite llegar a segmentos más amplios de clientes. Enriquece la convivencia y favorece la aparición de nuevas formas de hacer las cosas. Especialmente con personas acostumbradas a luchar contra sus dificultades como los discapacitados, que tienen una alta capacidad de resolución de problemas y de valorar su puesto de trabajo, y que suelen crear un ambiente laboral muy optimista.
Al final de lo que se trata es de trabajar con personas idóneas para un puesto de trabajo por su bagaje cultural, su experiencia y sus habilidades. Y tener en la empresa una pequeña representación de la sociedad. ¿Te atreves a implantarlo?
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