Xavier Aliaga es director de Recursos Humanos y comunicación interna en Equatorial Bottling Coca-cola, embotelladora de bebidas que actualmente cuenta con más de 3.000 empleados en 13 países de África desde hace más de 20 años. La empresa demuestra su compromiso con el desarrollo del continente africano realizando proyectos orientados a mejorar la educación, la salud, el acceso al agua potable y la sostenibilidad de África.

Desde el inicio os marcasteis como objetivo embotellar felicidad en África. ¿Cómo se traduce esto a la práctica? ¿Es posible embotellar la felicidad?

Trabajar en un continente como el africano es algo extraordinario. Nosotros operamos en dos partes muy diferenciadas de África: en el norte y en la África subsahariana, principalmente en el oeste del continente. Los africanos son muy agradecidos y cuando ven que hay compañías como la nuestra, que no solo persiguen hacer negocio sino ayudarlos a desarrollarse, lo demuestran abriendo las puertas de sus casas con humildad y felicidad. Desde hace más de 20 años Coca-Cola forma parte de su vida y el color rojo de nuestra marca forma parte de su día a día. ¡Sí, es posible embotellar la felicidad! Y lo más importante, ¡hacerla llegar a todos los rincones donde haya personas que necesiten sentirla!

¿Cuál es el denominador común en una empresa en la que la diversidad forma parte de vuestro ADN?

El eje central de nuestra misión en África es tener pasión por lo que hacemos. La pasión nos permite ser respetuosos con la variedad de culturas con las que convivimos, aprender constantemente unos de los otros y por encima de todo, ¡nos permite crecer como personas y profesionales!

¿Cómo ayudáis a las personas que trabajan con vosotros y que viven en territorios inestables, marcados por la pobreza y los problemas medioambientales? ¿Qué tipo de iniciativas de RSC lleváis a cabo para ayudar a los países donde estáis presentes?

La África que conocemos es una región que sufre grandes desajustes en aspectos tan críticos y vitales como la sanidad, la escolaridad y las infraestructuras. Cada año lanzamos acciones humanitarias con otras empresas que también sienten la necesidad de ayudar al continente. Colaboramos en aportar los medios logísticos y económicos para que la gente cuente con una mejor calidad de vida: acceso a agua potable, construcción de escuelas, acuerdos con universidades locales…

¿Qué criterios tenéis en cuenta a la hora de decidir los proyectos sociales y sostenibles en los que os implicáis?

Junto con Africa Fundation de la compañía Coca-Cola, identificamos las acciones que son prioritarias para el desarrollo de los países. Por ejemplo, en 2014 nos volcamos en la ayuda logística para la gestión del brote de Ébola en países como Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. Por desgracia, cada año se producen acontecimientos que precisan de la ayuda humanitaria y ello da sentido a nuestros valores y cultura.

¿Cómo ha afectado la situación que hemos vivido en vuestro equipo?

La situación que hemos vivido ha sido extraordinaria en ambos sentidos de la palabra. Creo que los seres humanos no estábamos preparados para un impacto tan agresivo como ha sido el virus actual. Nuestros equipos lo han vivido de manera muy distinta. Por un lado, resignación ante una situación sobrevenida que nadie en el mundo se podía imaginar y, por otro lado, con la esperanza de que pasara lo antes posible. La compañía ha intentado estar muy cerca de la gente. Durante los meses de la crisis, la prioridad de nuestra empresa ha sido, sin duda alguna, la seguridad y salud de nuestra gente.

¿Cómo se logra contagiar el positivismo entre las personas que forman parte de un equipo?

No hay fórmulas mágicas 😊 Creo que es una mezcla de dos ingredientes: comunicación y transparencia. Y el resultado ha sido un alto grado de compromiso. Cada día hemos lanzado comunicaciones que han permitido que la gente se sienta valorada. Quisiera remarcar la importancia que ha tenido la evolución digital en nuestra empresa. Con la dispersión geográfica que tenemos, os podéis imaginar la complejidad de la gestión a la distancia. Gracias a la tecnología se han podido realizar con naturalidad las reuniones y encuentros entre personas de distintos países. Ha sido un gran aprendizaje para el futuro.

¿Cómo afrontáis los cambios que implica esta nueva situación?

De manera muy positiva. Es cierto que tenemos realidades muy distintas, pero creo que el camino ya está marcado y el teletrabajo formará parte de nuestro modelo organizativo. En el futuro más próximo ya no hablaremos de trabajo presencial o a distancia. Hablaremos de trabajo, sin importar dónde ni cuándo. Debemos ser capaces de romper con la famosa frase: “así es como se hacía…”. La crisis que hemos vivido nos abre un mundo de nuevas oportunidades en todos los sentidos: oportunidades de negocio, conciliación de nuestras vidas, redefinición de cómo queremos gestionar a nuestros equipos (flexibilidad, compromiso, confianza…)

¿Es más sencilla la gestión del cambio en un equipo tan diverso como el vuestro?

En la vida no existe nada complejo ni sencillo. Somos los humanos que nos gusta hacer complejo lo sencillo y viceversa. Podemos tener los medios tecnológicos, optimizar el modelo organizativo… pero, al final, la gestión del cambio la provocan las personas. Por ello, hemos lanzado una iniciativa de “change management” que implica a toda la organización y que nos ayudará a minimizar la complejidad de los cambios a los que nos enfrentamos.

¿Qué es lo que más valoras de la gestión de personas en una empresa que opera en 13 países de África?

Desde mi humilde opinión, valoro mucho el respeto, la transparencia y el trabajar en equipo. Para mí son los pilares en los que me baso para tener un equipo de alto rendimiento, entendiendo el rendimiento como la motivación de las personas y su compromiso.

¿Y lo que más te sorprendió cuando empezaste a trabajar en el continente africano?

¡Muchas cosas! La riqueza humana de África y la necesidad de ayudarlos en el desarrollo más básico. Mi primer viaje fue a Guinea Conakry y tengo que reconocer que me impactó mucho ver que a 4 horas de vuelo me encontraba en un país tan distinto a lo que estamos acostumbrados. Me ayudó a valorar mucho la vida, ya que me demostraron que con muy poco se puede ser feliz.

Llevas más de 9 años trabajando en Equatorial Coca-Cola Botlling, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje a nivel humano?

Conocer personas y culturas me ha enriquecido mucho como persona. África me ha enseñado a apreciar la vida aún más, he aprendido a dar sin esperar nada a cambio, me ha enseñado a ordenar mis prioridades en la vida… En resumen, ¡África es un ejemplo de vida, felicidad y amor por la familia!

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